Con nada más que cuatro pilas de fichas de colores, no es de extrañar que OK Play -también conocido como OK Play- sea considerado el juego más fácil de entender del mundo. Pero no dejes que eso te engañe: aunque este juego se aprende en minutos, se tarda siglos en dominarlo. Las reglas son sencillas: con tu pila de fichas, intentas hacer una línea de cinco antes de que lo haga cualquiera de tus oponentes. Cada ficha debe alinearse con el lado plano de otra (no se pueden colocar esquinas sobre esquinas) y tu línea de cinco puede ir ortogonal o diagonalmente. Si consigues utilizar todas tus fichas y todavía no hay un ganador, puedes recolocarlas de una en una. Tanto si eres de Albania como de Zambia, si hablas en urdu o en zulú o si juegas contra un rabino o un jedi, OK Play puede ir a cualquier parte y ser jugado por cualquiera, con cualquiera (incluso si no puedes entender una palabra de lo que dice la otra persona).