En Múnich, a finales del siglo XIX, el nuevo y exitoso tranvía necesita ser ampliado, y los dos protagonistas del Tranvía compiten por el contrato.
Para ello, en una cuadrícula marcada por cartas los jugadores utilizan sus cartas de tres maneras diferentes: como pasajeros de los tranvías, como paradas sugeridas en las nuevas rutas que se van a construir y como dinero para pagar estas rutas. Al colocar las cartas para las paradas sugeridas, los jugadores tienen que hacer coincidir los colores y construirlas en orden ascendente, pero también tienen que llevar pasajeros a esta línea de tranvía para conseguir puntos de victoria por ella.
Las cartas se asemejan a tarjetas postales que muestran los tranvías de Múnich y partes históricas de la ciudad.